¿Cómo se realiza el diagnóstico de la diabetes tipo 1?

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El diagnóstico de la diabetes responde a normas biológicas muy precisas. Sin embargo, las técnicas modernas, como los análisis de sangre, permiten precisar el diagnóstico de la diabetes tipo 1 y diferenciarla de los otros tipos.

¿Qué signos permiten realizar el diagnóstico de la diabetes tipo 1?

Los síntomas cardinales

Los primeros síntomas de la diabetes tipo 1 (DT1) aparecen una vez que el páncreas ya no tiene la capacidad de producir insulina. El inicio de la enfermedad suele producirse por la aparición de síntomas evidentes, reagrupados en los llamados síntomas cardinales, que indican la hiperglucemia.

Los síntomas cardinales incluyen los siguientes:

  • poliuria (aumento de la cantidad de orina),
  • polidipsia (sed excesiva),
  • polifagia (hambre excesiva) acompañada de pérdida de peso.

En general, los padres de niños y niñas que padecen diabetes suelen observar también enuresis en sus hijos/as: comienza a hacer «pipí en la cama» de nuevo o pide ir al colegio con varios litros de agua.

La cetoacidosis

A veces, el descubrimiento de la diabetes tipo 1 se hace de forma más brusca y necesita una visita a urgencias, como en caso de cetoacidosis. En esta circunstancia, el déficit de insulina provoca la degradación del tejido adiposo, que conlleva la aparición de compuestos ácidos, llamados cuerpos cetónicos.

La cetoacidosis se acompaña de síntomas como una respiración particular llamada de Kussmaul (respiración profunda en cuatro tiempos), vómitos y dolores abdominales, que a veces pueden llevar a pensar de forma errónea en una apendicitis. Con frecuencia, también se percibirá un aliento con olor a manzana Reineta.

Los síntomas de la diabetes tipo 1 pueden a veces llegar hasta el coma. Se debe tener en cuenta que la cetoacidosis aparece en caso de carencia total de insulina, a menudo después de varias semanas con síntomas cardinales que han pasado desapercibidos.

El diagnóstico biológico de la diabetes tipo 1

La diabetes tipo 1 aparece a menudo con síntomas agudos, que llevan a consultar con el médico o a urgencias. A pesar de todo, estos indicios necesitan acompañarse de exámenes biológicos para confirmar el diagnóstico de la diabetes. En la práctica, una glucemia superior a 200 mg/dl permite generalmente hacer el diagnóstico, siempre y cuando vaya acompañada de otros síntomas de la diabetes tipo 1.

Para detectar una diabetes tipo 1, existen otros exámenes biológicos, en especial, la medición de la glucemia en ayunas, un test de tolerancia oral a la glucosa (TTOG) o la medición inmediata de la hemoglobina glicada. Sin embargo, estos se realizan casi siempre en ausencia de síntomas de diabetes tipo 1 y, por tanto, son más adecuados para el diagnóstico de la diabetes tipo 2. De hecho, esta última suele aparecer después de los 40 años y sin presencia de síntomas de la diabetes tipo 1.

Confirmar el origen autoinmune de la diabetes tipo 1

Una vez realizado el diagnóstico de la diabetes tipo 1 y atendida la urgencia médica, se investiga la naturaleza autoinmune de la DT1 mediante un análisis de sangre que permite medir la dosis de anticuerpos específicos de la diabetes tipo 1. Esto permitirá diferenciarla de los demás tipos de diabetes.

Además de los síntomas más frecuentes, algunos elementos también podrán contribuir al diagnóstico de la diabetes tipo 1: de esta manera, la ausencia de antecedentes familiares inclinará la balanza hacia una DT1; del mismo modo, la presencia de otras patologías autoinmunes orientará más bien hacia el diagnóstico de la diabetes tipo 1.

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