Vuelos de corta, media o larga distancia… Tu diabetes coge el avión

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Las maletas están cerradas, todo está listo; solo hay que ir al aeropuerto para embarcar hacia nuevos horizontes. Has pensado en coger el material necesario y una receta válida, solo queda gestionar correctamente tu diabetes tipo 1 durante el vuelo. ¿Cómo gestionamos el viaje traspasando zonas horarias? 

¿Pasas por menos de 3 husos horarios?

Si no cambias de huso horario o la diferencia horaria es inferior a 3 horas, no hay (casi) ninguna pregunta que hacerse. Te pondrás tu inyección de insulina rápida o tu bolo en la bomba en el momento de las comidas y/o tentempiés en el avión. Para aquellos/as que se tratan con bolígrafos y deben ponerse su insulina lenta o semilenta, se pondrán su inyección a la misma hora que lo harían en su casa.

Esta norma de gestión es la misma para los vuelos de corta duración (como un París > Helsinki) y de larga duración (París > Ciudad del Cabo), ya que los horarios de las comidas variarán poco con respecto a los horarios habituales. 

¿Pasas por más de 3 husos horarios?

Norma número 1: durante el vuelo, tendremos en cuenta la hora de salida y cambiaremos la hora de nuestro reloj y el material de gestión de la diabetes solo después de haber aterrizado. Esta norma es válida cualquiera que sea el tipo de tratamiento (inyecciones o bomba).

Durante el vuelo, en caso de comida o tentempiés, calcula tu dosis de insulina rápida como lo haces habitulmente. 

¡Déjate guiar por las azafatas y auxiliares de vuelo! Te pondrás tu bolo en el momento en el que ellos o ellas vayan a servirte tentempiés y comidas a bordo. Ten en cuenta que no estás obligado/a a aceptar los tentempiés siempre.

En general, durante el vuelo, no es necesario modificar tu dosis de insulina basal o el caudal de base de la bomba. Sin embargo, en algunas situaciones, el cambio a un caudal de base temporal puede ser útil, por ejemplo, para reducir el riesgo de hipoglucemia después de una larga caminata en el aeropuerto (reducción del caudal de base temporal) o, al contrario, para corregir una hiperglucemia entre las comidas (aumento del caudal de base temporal). 

Para las personas que utilizan bolígrafos, la norma es la misma para la insulina rápida. Entonces, la cuestión se plantea para la insulina lenta (y semilenta eventualmente). 

Viajas hacia el este, como un vuelo Londres > Tokio

Mientras viajas, tu día se hace más corto. Si te inyectas la insulina lenta a la misma hora, habrá menos de 24 horas entre las dos inyecciones.

Tienes dos posibilidades: 

  1. Cambiar el horario habitual para que corresponda a un delta de 24 horas entre las dos inyecciones de insulina lenta. Después, puedes cambiar progresivamente el horario (una hora al día por ejemplo) para inyectarte a la misma hora que en tu casa. 
  2. Cambiar tu insulina lenta gracias a una inyección de insulina rápida. Quiere decir que el día del vuelo, te pondrás una inyección de insulina rápida en vez de una inyección de lenta a la hora habitual y después, te inyectarás la lenta a tu hora local a la llegada (si acostumbras ponerte la insulina lenta a las 21 h de Londres, se la pondrá también a las 21 h de Tokio; habrás intercalado una inyección de rápida entre las dos). 

Viajas hacia el oeste, como un vuelo Berlín > Los Ángeles

En este sentido, tu día se alarga. Si decides ponerte la inyección de insulina lenta a una hora fija, más de 24 horas separarán las dos inyecciones. En este caso, el primer día, ajusta con insulina rápida y después mantén el mismo ritmo habitual, es decir, adáptate a la hora local. 

Gestionar el miedo y la presión del vuelo 

¿Estás eufórico/a con la idea de estar pronto en el destino del viaje que has reservado hace varios meses? ¿Te da miedo el despegue, el hecho de no estar en contacto con el suelo, el aterrizaje? Pues bien, es probable que, la mayor enemiga de la insulina, la señora adrenalina, se invite durante el viaje. Te recordamos que la adrenalina es hiperglucemiante. Además, comprueba tu glucemia antes de embarcar y, por su puesto, ajústala si es necesario. 

En los vuelos de muy corta duración (menos de 3 horas), controla tu glucemia si no estás seguro/a de ti o si no te sientes bien. 

Durante los vuelos de mediana y larga duración, por supuesto, comprueba tu glucemia antes y después de cada tentempié y comida. No dudes en controlarte varias veces si tiene dudas. 

Al contrario, el estrés quizá consuma más de tu energía y te ocasione hipoglucemias. Con respecto a la administración de glucosa, no puedes tener cualquier cosa en tu equipaje de mano. Olvídate de los pequeños briks de zumos de fruta que te retirarán en el momento de los controles. Escoge alimentos sólidos que ocupen poco lugar: algunos terrones de azúcar o una barrita de cereales. ¡También puedes aprovechar el duty free para comprar algunos alimentos dulces que serán suficientes en caso de hipoglucemia durante el vuelo?! No olvides que las azafatas y los auxiliares de vuelo estarán presentes durante toda la duración del vuelo. Si te encuentras en un apuro, ellos y ellas encontrarán algo para que tomes azúcar. 

Para los y las que llevan una bomba de insulina, aseguraos de no tener que rellenarla durante el vuelo: la presión relacionada con la altitud probablemente te impida rellenar correctamente su depósito. Por el contrario, no hay problema con los bolígrafos, ¡no notarás la diferencia!

No dudes en hablar de esta diferencia horaria con tu médico o un profesional sanitario, que será el más capacitado/a para explicarte cómo gestionar tu aporte de insulina durante un vuelo. 

¡Buen vuelo y buen viaje!

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